El robo o pérdida de un celular es una situación angustiante, pero actuar con rapidez puede evitar consecuencias mayores. Lo primero que se debe hacer es bloquear la línea telefónica comunicándose con la compañía de servicio móvil. De este modo, el ladrón no podrá usar el número para llamadas, mensajes o transferencias de dinero. Además, es importante bloquear el dispositivo de forma remota desde la cuenta asociada (Google o Apple ID), lo que permite borrar información personal y evitar el acceso a aplicaciones con datos sensibles.
El segundo paso es realizar la denuncia policial, detallando el modelo, color, número de IMEI y cualquier característica que ayude a identificar el aparato. El IMEI (International Mobile Equipment Identity) es un código único que permite a las operadoras bloquear el teléfono a nivel nacional, volviéndolo inutilizable. Este número puede obtenerse en la caja del dispositivo o en facturas de compra, y también puede consultarse en línea si se tenía registrada la cuenta del equipo.
Otra acción fundamental es cambiar las contraseñas de todas las cuentas que estaban vinculadas al celular, como redes sociales, correos electrónicos, aplicaciones bancarias o billeteras virtuales. También conviene activar alertas de seguridad en los bancos y monitorear los movimientos financieros, ya que muchas veces los delincuentes intentan acceder a la información guardada en el teléfono para cometer fraudes.
Finalmente, se recomienda registrar el robo en el sitio oficial del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) para solicitar el bloqueo del IMEI a nivel nacional y reducir el mercado ilegal de celulares. Mantener copias de seguridad automáticas y activar funciones como “Encontrar mi dispositivo” son medidas preventivas que pueden facilitar la recuperación o al menos minimizar los daños si el robo vuelve a ocurrir.
