En los últimos años, profesionales de la salud mental han observado un incremento en los casos de personas que presentan síndrome de Diógenes, un trastorno caracterizado por el aislamiento social, la acumulación compulsiva de objetos y la falta de higiene personal. Aunque puede manifestarse en personas de distintas edades, suele detectarse con mayor frecuencia en adultos mayores que viven solos, especialmente en contextos urbanos.
Especialistas advierten que este trastorno suele estar vinculado con otras problemáticas, como la depresión, el deterioro cognitivo o el duelo no resuelto. La acumulación extrema de basura o elementos inservibles, el rechazo a recibir ayuda externa y la negación de la propia condición son algunas de las señales más visibles que pueden alertar al entorno.
En muchos casos, la detección del síndrome de Diógenes ocurre por intervención de vecinos o familiares que notan olores, condiciones insalubres o cambios bruscos en el comportamiento de la persona afectada. A pesar de la gravedad de la situación, muchas veces se presenta resistencia por parte del paciente, lo que dificulta el abordaje integral del problema.
Desde distintas instituciones de salud y organizaciones comunitarias recomiendan prestar atención a las personas mayores que viven solas, fomentar el contacto social y acudir a profesionales ante cualquier sospecha. Un diagnóstico temprano puede mejorar significativamente la calidad de vida del paciente y evitar situaciones de riesgo para su salud y la de su entorno.