El Gobierno oficializó este jueves la conversión del Banco de la Nación Argentina en una Sociedad Anónima mediante el decreto 116/2025. La medida, según el Ejecutivo, busca modernizar la estructura jurídica y operativa de la entidad, permitiéndole una mayor flexibilidad en la gestión y adaptación a las mejores prácticas del sector financiero. A pesar del cambio de figura jurídica, el Banco Nación continuará siendo una entidad pública, aunque con menos restricciones para su capitalización y financiamiento.
El decreto señala que la transformación responde a la necesidad de mejorar la competitividad del banco frente a otras entidades del sector privado. Según el documento, el régimen de entidad autárquica limitaba la capacidad del Banco Nación para acceder a nuevas fuentes de financiamiento y desarrollar estrategias comerciales más eficientes. Con esta conversión, el Gobierno busca optimizar la asignación de recursos y fortalecer la posición del banco en el mercado.
Desde el oficialismo destacan que la nueva figura jurídica permitirá una administración más profesionalizada y alineada con estándares internacionales de transparencia y control. En este sentido, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, recordó el caso del Banco do Brasil, que bajo la presidencia de Lula da Silva logró capitalizarse en la Bolsa de Nueva York. “Si un banco público en Brasil pudo incluir capital privado y convertirse en el más grande de ese país, ¿por qué no hacerlo en Argentina?”, argumentó.
Sin embargo, la medida genera debate entre especialistas y referentes del sector financiero. Mientras algunos consideran que la transformación permitirá mayor eficiencia y control, otros advierten que podría facilitar una futura privatización parcial o total del banco. En este sentido, el economista Miguel Ángel Arrigoni señaló que el Banco Nación es un pilar clave del sistema bancario argentino, especialmente para el financiamiento de pymes y el sector agropecuario, por lo que cualquier intento de privatización debe ser analizado con cautela.