Cada 26 de diciembre, la Iglesia Católica conmemora a San Esteban, reconocido como el primer mártir del cristianismo. Este día está dedicado a recordar su sacrificio y su compromiso inquebrantable con su fe, al punto de entregar su vida de manera voluntaria. San Esteban fue uno de los primeros diáconos de la Iglesia primitiva y un modelo de dedicación al servicio de los demás.
La festividad de San Esteban invita a reflexionar sobre el valor y la determinación con los que enfrentó la persecución. Su testimonio, marcado por el amor al prójimo y el perdón hacia quienes lo condenaron, sigue siendo una fuente de inspiración para millones de creyentes en el mundo. Este ejemplo, según la tradición, no solo enaltece la entrega a Cristo, sino también el compromiso de vivir en justicia y solidaridad.
En este día, la comunidad católica resalta la importancia de imitar su valentía en la vida diaria. La figura de San Esteban nos anima a actuar con bondad y a sostener nuestros principios con firmeza, incluso ante las adversidades. Su legado nos recuerda que, a través del sacrificio y el amor desinteresado, es posible transformar el mundo.