Cada 4 de abril, el mundo recuerda el peligro persistente que representan las minas antipersonal y los restos explosivos de guerra, una amenaza silenciosa que afecta a miles de personas en zonas que han sufrido conflictos armados. La fecha fue establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2005 con el objetivo de generar conciencia y promover acciones concretas para su eliminación, así como para brindar asistencia a las víctimas.
Según datos del Servicio de las Naciones Unidas de Actividades relativas a las Minas (UNMAS), más de 60 países todavía enfrentan riesgos por estos artefactos, que continúan cobrándose vidas y dejando secuelas, especialmente en poblaciones rurales. Niños y niñas suelen ser las principales víctimas, al confundir los explosivos con objetos inofensivos. En este marco, la ONU trabaja junto a gobiernos y organizaciones civiles en tareas de desminado, educación comunitaria y apoyo a los sobrevivientes.
En 2024, la campaña se enfoca en la importancia de la inversión sostenida para lograr un mundo libre de minas. Bajo el lema “Protección. Acción. Prevención”, se busca renovar el compromiso internacional con las tareas humanitarias y recordar que la paz verdadera solo es posible cuando las comunidades pueden vivir sin miedo a pisar una mina.