Las reservas internacionales del Banco Central de la República Argentina (BCRA) continúan siendo motivo de inquietud entre los analistas privados. Un informe reciente de Adcap Grupo Financiero destaca que, excluyendo el swap de monedas con China, el stock bruto de reservas ronda los u$s28.200 millones, una cifra significativamente inferior a los u$s57.800 millones que el Fondo Monetario Internacional (FMI) considera prudentes para una economía como la argentina. Esta brecha ha llevado al Gobierno a solicitar un waiver al organismo internacional por el incumplimiento en la meta de acumulación de reservas.
El estudio de Adcap, elaborado por los economistas Eduardo Levy Yeyati y Federico Filippini, se basa en la Guía de 2016 del FMI sobre la Evaluación de la Adecuación de Reservas (ARA), diseñada para economías emergentes. Esta guía considera factores como la deuda de corto plazo (us314.000 millones), el dinero amplio (us73.600 millones) para determinar el nivel óptimo de reservas. La metodología proyecta que un nivel adecuado debería oscilar entre u$s57.800 millones para un régimen de tipo de cambio flotante y u$s78.700 millones para uno fijo, lo que significa que las reservas actuales representan apenas entre el 36% y el 49% de esos valores.
En este contexto de déficit de reservas, el Gobierno argentino, a través de una delegación encabezada por el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, y el viceministro de Economía, José Luis Daza, ha solicitado formalmente un waiver al FMI. Esta dispensa busca obtener el perdón por no haber cumplido la meta de acumulación de u$s4.700 millones en reservas para el segundo trimestre de 2025, un requisito clave del programa acordado con el organismo. El objetivo es desbloquear un desembolso previsto de u$s2.000 millones, aunque la aprobación y el giro de fondos podrían demorarse hasta septiembre debido al receso estival del FMI.
Entre los argumentos esgrimidos por el equipo económico para justificar el incumplimiento se encuentran los vencimientos de deuda, la estrategia de no emisión monetaria y la decisión de no intervenir en el mercado cambiario hasta que el dólar alcanzara un determinado valor. A esto se suma un déficit de cuenta corriente de u$s5.100 millones en la primera mitad del año, cinco veces superior a las proyecciones del FMI, lo que ha exacerbado la presión sobre las reservas en un escenario de alta inflación. La preocupación de analistas como Carlos Maslatón, quien afirma que «Javier Milei no tiene conciencia del desastre financiero que hicieron, ni del próximo estallido», subraya la gravedad de la situación.
La demora en el Staff Level Agreement (SLA), un paso indispensable para que el Directorio del FMI evalúe los resultados de la primera revisión del acuerdo, añade incertidumbre al panorama. La falta de cumplimiento de las metas y la necesidad de solicitar un waiver evidencian las complejidades que enfrenta el equipo económico liderado por el ministro Luis Caputo y el presidente del BCRA, Santiago Bausili, para estabilizar las finanzas del país y recuperar la confianza de los mercados. La situación de las reservas internacionales sigue siendo un punto crítico para la estabilidad macroeconómica argentina.

