El mundo artístico y farandulesco de la Argentina está regido por ciclos. Todos los que lo integran saben que pueden pasar muy rápido de la cúspide al olvido y que su estrella puede dejar de brillar de un año para otro. Muy pocos logran contradecir esta regla y mantenerse vigentes y populares. Sólo algunos elegidos logran trascender, reinventarse y adaptarse para sobrevivir. Uno de los integrantes de este selecto grupo es Marcelo Tinelli, el conductor que desde hace más de 30 años viene siendo figura del prime time en los tres canales de aire a los que ha llevado su programa.
Sin embargo, la magia del oriundo de Bolívar parece comenzar a perderse. Quien fuera el líder indiscutido de la tevé local ya no brilla como antes. El rating, ese aliado que lo acompañó durante mucho tiempo, hace ya varios años que no es el que era y las preferencias del público parecen haberlo dejado de lado. Por si fuera poco, fuera de la pantalla suma derrotas y problemas que ya no lo vuelven intocable y desterraron su aura de invencible. Su reciente renuncia a la presidencia de San Lorenzo, con números que no cierran incluidos (ver recuadro), se suma a este derrotero que incluye desde premios impagos a participantes de otros programas de su productora LaFlia hasta su fallida y criticada presencia en la “Mesa contra el hambre”. Así, el hombre que en algún momento fue una especie de Rey Midas televisivo que todo lo que tocaba lo convertía en éxito -al punto de que los candidatos presidenciales se disputaban cerrar la campaña en su programa-, ahora debe barajar y dar de nuevo.
Estrategia
En esta necesidad de reinventarse desde la pantalla, Tinelli enfrenta un escenario que de alguna manera ya conoce. En el 2006, su primer año en El Trece, ya le sucedió algo similar. Si bien en aquel momento los números de audiencia eran mucho mayores, el conductor debía batallar con el suceso que suponía la telenovela «Montecristo» en Telefe y muchos ponían en duda el éxito de «Showmatch». Fue en ese año que Tinelli importó un formato extranjero que lo catapultó de nuevo a los primeros planos y que marcó su futuro televisivo: “Bailando por un sueño”. 16 años después la historia podría repetirse. Luego de que el «Bailando» perdiera su impacto y que adaptaciones similares como “La Academia” no lograran revertir el rating y, por el contrario, lo hicieran bajar aún más, LaFlia apostará nuevamente por importar un formato. Si bien había dos en carpeta, uno de talentos generales y otro sólo de danza, desde la productora se decantaron por el primero, llamado “All Together Now”, que se emite por la BBC, en el que un jurado compuesto por cien personas evalúa a artistas anónimos.
El plan tiene un antecedente pesimista y es que cada vez que Tinelli apostó por alejarse de los concursantes famosos y el escándalo que estos generan, los programas fracasaron a nivel rating: “Bailando Kids” en 2009 y “Genios de la Argentina” en 2019 dan fe de esto.
De todos modos, en El Trece confían: “Estamos entusiasmados con el proyecto y estamos trabajando para que todo salga bien”, detallan desde la señal del Grupo Clarín. El apoyo incluso llega al punto de que desde el canal están llevando adelante las refacciones al estudio en Don Torcuato que Tinelli ocupó el año pasado para poder albergar a más de 100 jurados. Además, se están renovando pantallas e incorporando equipos de última generación.
Este apoyo está encabezado por Adrián Suar, quien, más allá de cruces y chicanas, apoya a Tinelli y es su principal aliado puertas adentro. Algo que no ocurre con otros popes de la emisora que no están conformes con el rendimiento de «Showmatch» y no creen que Tinelli sea capaz de remontar la nave. Luego de un 2021 en el que el programa tocó fondo llegando a medir sólo 3,6 puntos de rating, los directivos del canal le habrían exigido una cláusula mínima de 10 puntos para este año, algo a lo que el conductor se negó. La relación con algunos sectores del canal no está en buenos términos y abre así muchas especulaciones ya que este es el último año de contrato con Artear.