En los últimos tiempos, muchos usuarios de iPhone han reportado que el brillo de sus pantallas se comporta de forma errática: baja de repente, no responde al deslizador o cambia solo. Este tipo de fallas puede deberse tanto a ajustes del sistema (como el brillo automático) como a conflictos con funciones complementarias o incluso problemas térmicos. Para recuperar el control, es fundamental seguir una serie de pasos que permiten identificar si se trata de un error de configuración o algo más serio.
El primer paso consiste en revisar los ajustes básicos de pantalla. En Ajustes > Pantalla y brillo puedes mover el deslizador manualmente para ver si responde. Si no es así, es buena idea desactivar “Brillo automático”: esa opción se encuentra en Ajustes > Accesibilidad > Pantalla y tamaño de texto. Al desactivarla, evitas que el iPhone ajuste el brillo según la luz ambiente sin tu intervención.
También conviene desactivar funciones como Night Shift o True Tone, que alteran la intensidad o los tonos de la pantalla en ciertos horarios o condiciones.
Si los ajustes anteriores no solucionan el inconveniente, el siguiente paso es reiniciar el dispositivo y verificar que no haya sobrecalentamiento. Cuando un iPhone está muy caliente, el sistema puede obligar al brillo a reducirse automáticamente como medida de protección interna.
También es prudente comprobar que no esté activada la opción “Reducir punto blanco” (Reduce White Point) en accesibilidad, ya que puede hacer que la pantalla se vea más tenue de lo normal.
Finalmente, si nada funciona, conviene restaurar todos los ajustes o hacer un restablecimiento completo (previo respaldo). Si aún persiste el problema, es posible que exista un fallo en el sensor de luz u otro componente interno, para lo cual lo recomendable es acudir a soporte técnico autorizado de Apple. Con estos cuatro pasos escalonados —ajustes, funciones especiales, reinicio/restablecimiento y diagnóstico técnico— muchos usuarios recuperan el brillo normal de su iPhone sin mayor complicación.
