Pese a un leve aumento en las reservas por el fin de semana largo de Semana Santa, desde la Asociación de Turismo de Quebrada y Puna advierten que la situación del sector sigue siendo alarmante. Según explicó su presidente, Nicolás Sutton, la ocupación hotelera mejoró, pero no alcanza niveles suficientes para sostener la actividad.
Los empresarios señalan que la baja demanda obliga a reducir precios y flexibilizar condiciones de estadía para atraer visitantes. “Antes podíamos exigir un mínimo de noches en fines de semana largos; ahora, si lo hacemos, no se concretan las reservas”, sostuvo Sutton. La falta de consultas impacta directamente en la rentabilidad de los emprendimientos y agudiza las dificultades para transitar la temporada baja.
Ante este panorama, las cámaras del sector trabajan con el gobierno provincial en un plan de promociones para reactivar el turismo. Sin embargo, advierten que la raíz del problema es macroeconómica: la pérdida de poder adquisitivo de la clase media –principal público del turismo en Jujuy– limita la posibilidad de viajar, incluso dentro del país. También influye la competitividad de destinos internacionales como Brasil.
Finalmente, desde la Asociación remarcan la necesidad urgente de inversiones en infraestructura y servicios. “No vemos obras troncales planificadas, como redes eléctricas o sistemas de agua que fortalezcan a la región”, expresó Sutton, quien también alertó sobre posibles cortes de energía durante el invierno. El sector turístico, clave para la economía local, se encuentra en una encrucijada y reclama respuestas concretas a corto y largo plazo.