La parálisis del sueño es una experiencia aterradora que afecta a muchas personas en el mundo. Se trata de una parasomnia, es decir, un evento no deseado relacionado con el sueño, que ocurre al momento de despertar o quedarse dormido. Durante estos episodios, aunque la persona esté consciente y sus sentidos funcionen normalmente, siente que no puede moverse, lo cual genera una fuerte sensación de ahogo o presión en el pecho, causando angustia y temor.
Aunque la parálisis del sueño no representa un riesgo para la vida, es conocida por provocar episodios de ansiedad. La persona afectada puede experimentar alucinaciones visuales, auditivas y táctiles, denominadas «experiencias hipnagógicas». Estos episodios suelen iniciar en la adolescencia y pueden ser más comunes entre los 20 y 30 años.
Según el portal Medical News Today, esta condición ocurre cuando el cerebro se encuentra despierto, pero el cuerpo aún permanece en estado de sueño. Factores como la narcolepsia, los horarios de sueño irregulares, el dormir boca arriba, y los antecedentes familiares pueden desencadenar la parálisis del sueño. Además, si los episodios son frecuentes, podrían estar relacionados con condiciones de salud como depresión, migrañas, hipertensión y apnea del sueño.
Aunque no existe un tratamiento específico, los especialistas recomiendan mantener un horario de sueño constante, dormir en un entorno cómodo y oscuro, y evitar dormir boca arriba para reducir su aparición. También se aconseja evitar el estrés y controlar cualquier trastorno de ansiedad o depresión. Estos hábitos pueden ayudar a disminuir la frecuencia y severidad de los episodios de parálisis del sueño.