Los asistentes de inteligencia artificial, como ChatGPT o Gemini, se han convertido en herramientas clave en múltiples áreas. Sin embargo, para obtener resultados útiles, es fundamental aprender el arte del “prompting”, es decir, la habilidad de formular preguntas o indicaciones que guíen a estos modelos hacia respuestas relevantes. Este proceso implica comunicarse con claridad y proporcionar contexto, lo que puede marcar la diferencia entre obtener una respuesta genérica o una que satisfaga plenamente nuestras necesidades.
Un error común al usar estos asistentes es realizar preguntas demasiado vagas. Indicaciones como “háblame de economía” o “dame consejos para hacer ejercicio” tienden a generar respuestas poco específicas. En cambio, es más efectivo detallar el contexto o el tipo de respuesta deseada. Por ejemplo, solicitar “un resumen sobre tendencias macroeconómicas en América Latina considerando el PBI y actividades industriales” permite obtener información más ajustada a lo que se busca.
Otra recomendación clave es interactuar con el asistente de forma dinámica. Tratarlo como un proveedor unidireccional de información puede limitar los resultados. En cambio, realizar preguntas de seguimiento o ajustar las indicaciones tras recibir una respuesta puede enriquecer el contenido obtenido. Este enfoque participativo asegura una mayor precisión y profundidad en las interacciones.
Asimismo, es importante recordar que los asistentes no son fuentes confiables de información objetiva. Aunque son útiles para obtener ideas generales o inspiración, sus respuestas pueden incluir datos desactualizados o incorrectos. Por ello, se recomienda contrastar la información obtenida con fuentes confiables, especialmente si se buscan detalles verificables.
Por último, el tono y el enfoque de las respuestas pueden adaptarse mejor a las necesidades del usuario al incluir preferencias en las indicaciones. Especificar un estilo formal, casual o incluso pedir que imiten un formato particular puede generar resultados más alineados con los objetivos. Separar las sesiones de chat por tema también contribuye a mantener un enfoque claro y evitar confusiones.
Desarrollar estas estrategias permite aprovechar al máximo el potencial de la inteligencia artificial, transformando cada interacción en una herramienta poderosa y personalizada.