El Gobierno sorprendió al anunciar una reducción de las retenciones a las exportaciones agrícolas, respondiendo a las demandas del sector. Desde el lunes, las alícuotas de los principales productos agrícolas bajarán hasta 7 puntos porcentuales, mientras que las economías regionales, como azúcar, algodón, vino y arroz, quedarán exentas. Esta medida busca aliviar la presión fiscal sobre el campo y fomentar la liquidación de divisas en el segundo trimestre, crucial para reforzar las reservas del Banco Central.
Según lo anunciado por el ministro de Economía, Luis Caputo, y el vocero presidencial, Manuel Adorni, las nuevas tasas estarán vigentes hasta junio. Entre los cambios más destacados, la retención de la soja pasará del 33% al 26%, y el maíz y trigo del 12% al 9,5%. Esta estrategia coincide con la cosecha gruesa de soja y se da en un contexto de negociaciones con el FMI, que podría aportar US$ 11.000 millones para levantar el cepo cambiario.
Aunque el alivio fiscal tiene un costo estimado de US$ 800 millones, el Gobierno confía en que la medida ayude a dinamizar el sector. No obstante, persisten interrogantes sobre el impacto en el dólar blend, un sistema cuestionado por el FMI por su efecto en las reservas. Además, la baja en las alícuotas podría repercutir en el mercado local, especialmente en productos derivados del maíz, como leche y carne.
El anuncio se produce tras intensos reclamos de productores agrícolas y gobernadores de provincias clave como Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos. Sin embargo, la sequía y la baja de los precios internacionales plantean nuevos desafíos para el sector. Por su parte, Caputo instó a provincias y municipios a sumarse a la iniciativa reduciendo impuestos locales para aliviar aún más la carga fiscal de los productores.