El hipotiroidismo, una de las enfermedades endocrinas más comunes después de la diabetes mellitus, está en el centro de la atención médica debido a su impacto en la salud de las mujeres de entre 40 y 50 años. Esta afección, también conocida como tiroides hipoactiva, afecta gravemente varios sistemas del cuerpo debido a desequilibrios hormonales.
Los síntomas del hipotiroidismo pueden variar, pero los más habituales incluyen fatiga, sensibilidad al frío, apatía, depresión, pérdida de memoria y concentración, piel y cabello secos, fragilidad en las uñas, aumento de peso, estreñimiento y somnolencia excesiva. Si no se trata a tiempo, esta enfermedad puede dar lugar a complicaciones graves, como insuficiencia cardíaca y dificultades respiratorias potencialmente mortales.
Detectar el hipotiroidismo implica análisis de sangre para medir los niveles de TSH y tiroxina, aunque el médico también puede basarse en los síntomas del paciente. Otra prueba común es la de captación de yodo, que determina si los niveles tiroideos son altos o bajos después de que el paciente tome yodo radioactivo.
El tratamiento más eficaz para controlar el hipotiroidismo es la Levotiroxina, a menudo combinada con Liotironina. Cuando se administra adecuadamente, estos medicamentos pueden regular los niveles de TSH y las hormonas tiroideas, lo que permite a los pacientes llevar una vida de calidad sin complicaciones.
Aunque el hipotiroidismo puede afectar a cualquier persona, las mujeres tienen un mayor riesgo, especialmente entre los 40 y 50 años debido a cambios hormonales. También se debe prestar especial atención a las mujeres embarazadas con hipotiroidismo, ya que esto puede afectar al bebé, y es esencial un seguimiento médico constante. Los bebés nacidos de madres con hipotiroidismo no tratado deben ser vigilados hasta su adolescencia.