Cada 15 de noviembre, el Día Mundial Sin Alcohol invita a la reflexión sobre los efectos del consumo excesivo de alcohol en la salud. La fecha, instaurada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), busca sensibilizar a la población sobre los problemas derivados de esta sustancia, que van desde enfermedades hepáticas hasta accidentes de tránsito y problemas de salud mental. Según datos de la OMS, el alcohol es responsable de aproximadamente tres millones de muertes al año, una cifra alarmante que resalta la necesidad de medidas preventivas.
En esta jornada, distintos organismos de salud y organizaciones sociales de varios países impulsan campañas de concientización, promoviendo estilos de vida saludables y el consumo responsable. En Argentina, el Ministerio de Salud lanza cada año iniciativas informativas y talleres para educar sobre los riesgos asociados al alcoholismo, una problemática que afecta especialmente a los jóvenes y a personas de sectores vulnerables. También se han llevado a cabo actividades en escuelas y espacios comunitarios, donde expertos comparten información sobre el impacto social y físico del alcohol.
El Día Mundial Sin Alcohol no solo busca reducir el consumo, sino también romper con los estigmas alrededor de la adicción y fomentar el acceso a tratamientos de rehabilitación. Las organizaciones destacan la importancia de contar con redes de apoyo y políticas públicas efectivas para enfrentar esta problemática. En última instancia, la jornada es una oportunidad para promover un debate social amplio que incentive la prevención y el autocuidado como herramientas para una vida más saludable.
