Cada 24 de noviembre se celebra el Día del Vino Argentino, un emblema cultural y económico para el país. Reconocido por su calidad a nivel mundial, el vino argentino tiene una historia que se remonta al siglo XVI, cuando las primeras cepas, como Moscatel y Uva País, llegaron de la mano de los colonos. Inicialmente destinadas a ceremonias religiosas, estas variedades se expandieron por regiones como Cuyo y Tucumán, consolidando la vitivinicultura en los siglos XVII y XVIII.
En la actualidad, la producción vitivinícola abarca 19 provincias, siendo Mendoza, San Juan y Salta las principales por su clima favorable. La cepa malbec lidera con más de 43.000 hectáreas cultivadas, seguida de otras variedades destacadas como el Cabernet Sauvignon, el Pinot Noir, y el Chardonnay, que también se utiliza para espumantes. Estas características han convertido al país en uno de los mayores exportadores de vino, reconocido especialmente por su malbec, considerado el mejor del mundo.
El vino argentino no solo representa un motor económico, sino también una tradición cultural profundamente arraigada en la identidad del país. Este día busca homenajear tanto a los productores como a la riqueza que esta bebida aporta, posicionando a Argentina como un referente en la vitivinicultura global.