Israel lanzó nuevos bombardeos sobre la Franja de Gaza en medio de negociaciones indirectas para una tregua con Hamas, y un día después de intensos enfrentamientos con el grupo libanés Hezbollah. A más de 10 meses de conflicto, iniciado tras el ataque de Hamas en suelo israelí el 7 de octubre, los ataques israelíes continúan devastando el enclave palestino, exacerbando una ya crítica situación humanitaria.
La población de Gaza enfrenta una catástrofe humanitaria, con escasez de alimentos y agua, hospitales destruidos y una gran parte de los habitantes desplazados por la guerra. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha informado que se vio obligada a reducir sus operaciones humanitarias en la zona debido a la inseguridad y a las nuevas directivas israelíes que ordenan la evacuación de Deir al Balah, en el centro del territorio.
A pesar de los esfuerzos del personal de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa), la ayuda que logran brindar es insuficiente ante la magnitud de la crisis. Las operaciones humanitarias están bajo una presión extrema, con servicios de salud limitados a pocos centros improvisados en escuelas que han sido convertidas en refugios.
El conflicto, desencadenado por el ataque de Hamas que dejó 1.199 muertos en Israel, ha provocado más de 40.435 víctimas fatales en Gaza, según el Ministerio de Sanidad del gobierno de Hamas, además de generar un desastre humanitario y sanitario en el territorio. La comunidad internacional sigue observando con preocupación el fracaso de las negociaciones para una tregua, mientras la situación en Gaza se deteriora cada vez más.