El próximo 13 de abril, el cielo nocturno ofrecerá un espectáculo muy esperado: la Luna llena de abril, conocida como Luna Rosa. Aunque su nombre puede sugerir un cambio de color, lo cierto es que el satélite natural de la Tierra no se teñirá de rosa. El origen de esta denominación se remonta a las tribus nativas de América del Norte, como los Algonquin, que vinculaban cada luna llena con eventos naturales. En este caso, la Luna Rosa se asocia con la floración del phlox, una planta de tonos rosados que florece en primavera.
Este fenómeno, más cultural que astronómico, se inscribe dentro del ciclo anual de doce lunas llenas, cada una con un nombre distinto relacionado con la naturaleza. Aunque no se observa un cambio real en la tonalidad de la Luna, en ocasiones puede adquirir una coloración anaranjada o rojiza cuando se encuentra cerca del horizonte, debido a los efectos de la atmósfera terrestre.
El ciclo lunar de abril 2025 comenzará con el cuarto creciente el día 5, alcanzará su punto máximo con la Luna llena el 13 y continuará con el cuarto menguante el 21. La fase de Luna nueva, que marca el fin de este ciclo, ocurrirá el 27, dando lugar al inicio de un nuevo período lunar. Este proceso natural, que se repite cada 29,5 días, ha sido históricamente utilizado como guía en la agricultura y en diversas prácticas espirituales.
Durante el resto del año, cada luna llena llevará un nombre particular que refleja costumbres ancestrales: desde la Luna del Lobo en enero hasta la Luna Fría en diciembre. Aunque en 2025 no se registrará una Luna Azul —fenómeno que ocurre cuando hay dos lunas llenas en un mismo mes—, sí se esperan otros eventos relevantes, como dos eclipses lunares, previstos para marzo y septiembre, que permitirán a científicos y aficionados seguir observando y estudiando los misterios del cielo.
