Publicada en 1949 por George Orwell, «1984» no solo es una de las grandes novelas de ciencia ficción y distopía, sino que, al día de hoy, se mantiene vigente por la enorme cantidad de predicciones que hace y que en la actualidad son realidad.
A continuación, compartimos los ejemplos que demuestran esto y te contamos todo lo que hay que saber al respecto.
Sociedad digitalizada. Hoy en día, ya nadie duda de que la sociedad y cada uno de sus integrantes está completamente atravesado por la tecnología y por los usos que se hacen de la misma. Sin embargo, hace 73 años esto era prácticamente inimaginable, y George Orwell tuvo el mérito de pensarlo.
En la novela del autor británico, la tecnología y la digitalización de la vida también están supeditadas al control de cada uno de los individuos, tanto el mental como el del comportamiento.
La Policía del Pensamiento. La ilegitimidad de la forma en que se obtiene la información y se ejerce el poder se relaciona de forma directa al actuar de la Policía del Pensamiento, la organización que reprime incluso a las personas que llegan a pensar en una idea que no es afín a la del gobierno totalitarista de la obra.
Esto se traduce en la represión de hasta las más mínimas formas de disidencia, algo que hoy en día se vuelve realidad en acciones como los espionajes ilegales y en la observación continua de cada uno de los hechos y pensamientos.
Gran Hermano. En la novela de Orwell, la figura del Gran Hermano se refiere al único e indiscutido líder, el que todo lo ve, el que todo lo controla. En la realidad, este concepto es conocido gracias al reality show homónimo pero también se manifiesta de otras maneras. Hay quienes relacionan esta idea con la noción de Big Data, es decir, de la forma en que se recopila información de toda aquella persona que forma parte de la sociedad digitalizada.
Desinformación. En tiempos de fake news y de posverdad, donde ya no parecen importar los acontecimientos en sí y lo que se prioriza es que todo lo que ocurre se amolde a los prejuicios y preconceptos de cada uno, la noción de desinformación que se maneja en la novela puede llegar a sonar más que familiar. Párrafo aparte para “los proles”, ese grupo de personajes insípidos y alienados que, al no cuestionarse nada y al carecer de pensamiento crítico propio, viven inmersos en una falsa noción de “libertad”.
Las guerras. En 1984, las 3 superpotencias en las que está dividido el mundo viven en un constante estado bélico. No obstante, más que el de la lucha en sí, las guerras tienen otra finalidad: atraer la atención de las personas y evitar que piensen en otra cosa (sobre todo en rebelarse al sistema).